Hace poco leí un post que se llamaba “Yo ayudé a escapar al Chapo”[1], una reflexión que me pareció muy interesante y la verdad no me pareció tan “radical” como su autor lo sugiere, más bien me pareció, muy tristemente, real.
Básicamente una reflexión de cómo vivimos los mexicanos con el lema de “el que no tranza no avanza” tatuado en el alma. Y a mi me hace preguntarme, ¿desde cuándo empezamos?, ¿no estaremos contribuyendo a que las siguientes generaciones sigan creciendo con esa idea?
Y es que ¿han visto cómo actúan algunas mamás durante la piñata de las fiestas? Tratan de meter al niño (más grande que todos los demás) a la fila, para que le pegue antes que todos a la piñata. Tratan de que su niño le pegue dos veces a la piñata para que no haga berrinche. Y ya que los dulces cayeron, hasta le dan instrucciones de cómo acaparar lo más posible a expensas de que otros chiquitos se queden sin dulces.
¿Y las otras mamás? Mejor ni decimos nada, no se vaya a enojar nadie. Vamos a alguna ludoteca y nunca falta el niño gandalla que trata de arrebatar todos los juguetes y la mamá que se hace de la vista gorda. Y para evitarte problemas, mejor te llevas a tu niño a que juegue a otro lado.
Y luego por qué nos sorprende que nadie le pida cuentas a los funcionarios que nos “representan”, por qué nos sorprende que 8 meses después del escándalo de la Casa Blanca de la Gaviota no haya pasado nada.
Vamos por la calle y con suerte le enseñamos a nuestros niños que no está bien tirar basura en la calle, pero no les enseñamos a recoger la basura que te encuentras tirada porque “que asco” (y la verdad me incluyo en esto).
Con suerte le enseñamos a nuestros niños que podemos ayudarle a los niños de la calle dándoles una moneda “para un pan”, pero no los involucramos realmente en actividades altruistas.
Porque como dice Denisse Dresser en su libro “El país de uno” vivimos en un país rentado.
“Por eso pocos lo cuidan. Pocos lo sacuden. Pocos lo aspiran. Pocos lo lavan. Pocos lo enceran. Pocos piensan que es suyo. Pocos lo tratan como si lo fuera. Porque como dice Larry Summers, el presidente de la Universidad de Harvard, nadie nunca ha lavado un carro rentado.”[2]
Y eso es lo que le estamos enseñando a nuestros hijos. México necesita toda la ayuda que podamos darle, y yo creo que nuestro granito de arena está en cómo educamos a nuestros hijos. ¿Y si le ayudamos un poquito a México?
[1] Luis Elizalde. (2015). Yo ayudé a escapar al Chapo. 2 de Agosto de 2015, de Roast Brief Sitio web: http://www.roastbrief.com.mx/2015/07/ayude-escapar-al-chapo/
[2] Denisse Dresser. (2011). El país de uno: reflexiones para entender y cambiar a México. México: Aguilar.