La ropa del bebé

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Llegó el tiempo de empezar a sacar la ropa de bebé para ver qué puedo usar con mi niña. Ya no tengo que comprar tantas cosas como cuando tuve a mi primer bebé, pero me acuerdo de todos los errores que cometí al comprar la primera vez así que aquí les comparto lo que aprendí.

  • Considera que dejan muy rápido la ropa cuando son bebés

Es la etapa en la que más rápido crecen así que es la ropa que más rápido va a dejar.

Primero está la talla de recién nacido, que es la que más rápido dejan (yo no compraría demasiada ropa en esta talla).

Después las tallas van de tres en tres meses (0-3, 3-6, 6-9, 9-12), luego empiezan a ir de seis en seis meses (12-18, 18-24), y ya cuando llegan a los dos años empiezan a ir por años. Esto es un muy buen indicativo de qué tan rápido crecen los bebés en cada etapa (y qué tanto van a poder usar la ropa que les compres). Considéralo.

  • De RN a 3 meses lo que más van a usar son mamelucos

Yo recomendaría enfocarse en mamelucos para esta etapa y dejar la ropa de salir para cuando son más grandes. En esta etapa casi ni salen y lo más cómodo para estar dormidos (que es lo que hacen casi todo el día) es el mameluco.

  • Cuando compres la ropa de tu bebé piensa qué clima va a hacer cuando tenga x meses 

A mi lo que me pasó es que veía unos pants de frío divinos y los compraba en varias tallas para que los pudiera usar más tiempo, pero para cuando llegamos a la talla siguiente ya no era invierno y ya no los podía usar. Piensa por ejemplo, “cuando la bebé nazca va a ser primavera, para cuando tenga 6 meses ya va a ser otoño”, etc, y compra la ropa de esos meses de acuerdo a la época del año en que la va a usar.

  • Ve sacando la ropa de meses más grandes antes de que creas que le puede quedar al bebé 

A veces ves un mameluco y lo ves enorme y dices “uff, de aquí a que le quede falta un buen”, y cuando por fin te animas a sacarlo ya a penas si le queda al bebé. Saca la ropa de tallas más grandes, vela probando al bebé antes de que las vaya a usar para que te puedas dar una idea más realista de si ya le queda o todavía no.

  • Cómo hacer que luzca la ropa si tiene reflujo o babea mucho

Mi primer bebé sufrió de reflujo y además babeaba demasiado. Esto hacía que todo el tiempo estuviera empapado en el pecho por una u otra razón. La solución es usar baberos, pero cuando le pones el babero no puede lucir toda la ropa que le compras con tanta ilusión. Lo que yo hacía para solucionar esto era ponerle el babero (de los de plástico), por dentro de la ropa. Así, tal vez la ropa estaba empapada, pero él estaba seco por dentro y no le tapas la ropa divina que le compraste.

Espero que les sirvan estos consejos.

Los propósitos de año nuevo

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Se acaba el año y lo típico es pensar en los propósitos del año que sigue, así que estos días he estado pensando en los míos. Pero esta vez en lugar de hacer una lista en mi cabeza que se me irá olvidando semana a semana decidí imprimirlos y pegarlos en un lugar donde los pueda ver todo el año.

Para esta ocasión pensé en propósitos que tuvieran las siguientes características:

Realistas: En el 2015 voy a recibir a una nueva bebé en mi familia, por lo que sería muy ingenuo de mi parte creer que voy a tener todo el tiempo que tuve en 2014 para leer. Así que si en 2014 pude terminar 10 libros, para el 2015 me he puesto una meta de 5 libros.

Específicos: De los propósitos más comunes son «hacer ejercicio», «bajar de peso», «ahorrar», «pasar más tiempo con la familia», si, pero rara vez lo hacemos un propósito concreto. Habría que decir «Voy a ahorrar tal cantidad al mes», «Voy a bajar hasta tal peso», «Voy a pasar tanto tiempo a la semana con mis hijos», etc.

Graduales: Una vez que nazca mi bebé (y pase la cuarentena) podré regresar a hacer ejercicio, pero no voy a ponerme una meta de hacer una hora diaria de ejercicio desde el día 1. Mi meta va a ir subiendo poco a poco, primero 30 minutos 3 veces a la semana, luego 40 minutos, luego 4 veces por semana.

Equilibrados: ¿Qué áreas conforman tu vida? Salud, familia, sociedad, trabajo, etc. Hay YOmuchas áreas que puedes considerar, depende de cada persona. Para este año traté de equilibrar mis propósitos para que cubrieran todas las áreas que me interesan en la vida.

Que no dependan de alguien más: Sería bueno que tus propósitos dependan solo de ti, que si los cumples o no, no puedas culpar a nadie más.

Y como les comenté al principio, en 2015 mis propósitos estarán pegados en un lugar donde los pueda ver diario para que los propósitos de año nuevo no sean solo los propósitos de enero y febrero. Hice tablas donde podré ir agregando palomitas o taches conforme cumpla con mis metas. Les dejo un ejemplo:

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¡Feliz año nuevo a todos! A ser mejores personas en el 2015.

¿Qué hacer mientras estas embarazada?

Estar embarazada de nuevo me pone a pensar mucho en lo que fue mi primer embarazo y todo lo que me hubiera gustado saber o hacer en ese entonces. Esto es lo que voy a hacer en este embarazo:

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1. Ir al salón de belleza antes de que nazca la bebé.

Justo antes de que nazca mi bebé me voy a meter al salón de belleza, me voy a hacer manicure, pedicure, me voy a cortar el pelo, un facial, etc.

Suena muy banal, suena muy trivial, pero cuando tienes un bebé recién nacido no tienes tiempo para nada y si tienes mucho con qué lidiar (desveladas, horarios y rutinas nuevas en la casa, cuidados extensivos para un bebito, además ahora tendré el tema de los celos de un hermano mayor, etc). Un tema que si puedes controlar un poco más es cómo te sientes contigo misma.

Me acuerdo mucho que cuando tuve a mi primer bebé además de todo el agobio que implicaba ser mamá primeriza me sentía la más fodonga y fachosa del mundo. Lo cuál no ayuda mucho a los ánimos.

2. Ve buscando un look cómodo en el que te sientas bien.

A mi lo que me pasó los primeros meses en que tenía ya a mi bebé en casa era que me sentía mega fodonga porque no te da tiempo a veces ni de bañarte. No sabía cómo peinarme si no era con secadora o plancha (para lo cuál es muy probable que no tengas tiempo todos los días).

Así que mi sugerencia es buscar un look con el que te sientas cómoda, que sepas que será rápido y práctico, y que no te haga sentir la más fodonga del mundo. Si piensas amamantar busca un look que incluya blusas abotonadas.

3. Hablar con tu pareja sobre cómo van a ser su relación ahora.

Un bebé en la casa cambia la dinámica de pareja, te guste o no. Ya no hay tanto tiempo para la pareja, ya no puedes ir al cine, al teatro, a cenar, al bar, a fiestas, salir con amigos, etc. Es un hecho y lo tienen que aceptar.

Lo único que se puede hacer es platicarlo y tratar de encontrar un plan con el que se sientan cómodos los dos, pero un plan que sea realista. Tal vez decir “una vez cada 15 días le encargamos el bebé a los abuelos y nos salimos a comer”, o “en cuanto se queden dormidos los dejamos encargados con alguien y nos salimos a cenar”.

4. Arregla todos los temas pendientes que tengas con tu pareja antes de que nazca el bebé.

Platica con tu pareja cualquier tema pendiente que tengan por resolver, porque cuando el sueño y cansancio se acumulan (y se van a acumular), puedes explotar en cualquier momento y sacar rencores y temas que no tienen que ver con lo que realmente te agobia en ese momento.

5. Y finalmente, no dejes que la gente te abrume con el “ahora si vas a ver lo que es bueno” o “duerme ahora que puedes”

Y si, en realidad si es un cansancio como nunca lo has sentido, pero ¿de qué te sirve preocuparte de eso desde ahorita? No es como que puedas dormir hoy todo lo que no vas a poder dormir los siguientes meses, ¿no?

Además, cada vez que tu bebito se acurruca en tus brazos, te agarra la mano o te empieza a sonreír, van a valer la pena los desvelos y malos ratos.

¿Qué más harías mientras estas embarazada?

Un bebé prematuro

Ayer fue el Día Internacional del Prematuro y es un tema que me llega muy profundamente porque yo tuve un bebé prematuro.

Tener un bebé prematuro es toda una aventura (una que no deseas tener), un mundo desconocido, muchas veces muy doloroso, pero que te deja enormes enseñanzas y un crecimiento muy grande. Esta es mi historia.

Era mi primer embarazo y todo había sido maravilloso: ni un día de mareos, ni vómitos, un poco de cansancio en el primer trimestre, y ya, eso fue todo. El crecimiento del bebé iba de acuerdo a lo normal, nunca tuve ninguna infección, no se me rompió la fuente en ningún momento, no tuve pérdida de líquido, nada. Nada que pudiera indicar que tendría un bebé prematuro, así que ni siquiera sabía qué era un bebé prematuro.

En la semana 30 empecé a tener dolores en la espalda baja, que al ser mamá primeriza jamás reconocí como contracciones. Y ahí empezó todo. Dolores cada vez más seguidos y más fuertes que para cuando llegamos al hospital era ya muy tarde para detener.

Mi plan para el parto de mi bebé era tener un parto natural, de ser posible sin bloqueo, poder tener un momento de arrastre al pecho, poder cargar a mi bebé, pero nada de eso pasó. Mi niño tuvo que nacer a las 30 semanas de gestación, pesando 1 kilo 680 gramos y midiendo 41.5 cm. Tuvo que nacer de cesárea porque era muy pequeño para hacer el esfuerzo de nacer por parto natural. Y en cuanto nació a penas si lo pude ver porque se lo tuvieron que llevar inmediatamente a la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos e Intermedios Neonatales).

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Siendo mamá primeriza, y sin ningún signo de que mi bebé pudiera ser prematuro me había imaginado toda la situación bastante diferente. Me imaginaba recibiendo a la familia y a los amigos en el hospital para que pudieran conocer a mi bebé, con recuerditos de agradecimiento para quienes nos visitaran. Me imaginaba cargando a mi bebé y amamantándolo desde el primer momento. Me imaginaba toda la ropita que iría estrenando en sus primeros días. Me imaginaba cargando a mi niño todo el tiempo, bañándolo, cambiando un pañal por primera vez. Me imaginaba saliendo del hospital con mi niño en brazos y vestido de amarillo. Me imaginaba a mi bebé regordete con los típicos hoyitos de las manos.

La realidad fue muy diferente. Muy poca gente te visita en el hospital en estas circunstancias, ni siquiera pueden ver al bebé, nadie más que los papás pueden ver al bebé, y eso con horarios. En el hospital en el que estuvo mi bebé nos dejaban verlo de 10 a.m. a 12 p.m. y de 5 p.m. a 8 p.m. Eso era todo.

Llegas a la UCIN y te encuentras con bebés en todas las condiciones, historias muy fuertes de cada bebé que está ahí, y grupos de apoyo. Mi primera reacción ante ese grupo de apoyo era “pero y ¿para qué?”, trataba de minimizar la situación, y la verdad es que no me daba cuenta en ese momento de cuánto apoyo necesitas, desde aceptar que lo que estas viviendo no es lo normal y que se vale estar enojada, triste, etc, hasta compartir con alguien que ya pasó por ahí.

Mientras el bebé está en incubadora no puedes cargarlo, el bebé está en pañal solamente así que no lo puedes vestir, no le puedes cambiar el pañal tu misma y lo más que puedes es acariciarlo a través de una ventanita. Está conectado a todos los cables que te puedas imaginar que le miden la saturación de oxígeno, la presión, el pulso, etc. Tubos para alimentarlos por sonda o directamente al estomago, cascos de oxigeno, ventiladores y un sin fin de instrumentos que los ayudan a mantenerse con vida.

IMG_0732No puedes amamantar al bebé porque, para empezar no lo puedes ni sacar de la incubadora, y aunque se pudiera, el bebé no tiene la fuerza para succionar, y no sabe tragar y respirar al mismo tiempo.

Los bebés prematuros son bebés que tienen que esperar su tiempo en la incubadora. Tienen que aprender a succionar y tragar, a que no se les olvide respirar, a regular su propia temperatura. Procesos que normalmente aprenden mientras están en la panza de la mamá.

Los bebés prematuros son tan chiquitos que ni el pañal de recién nacido les queda bien, hay que doblárselo y olvídate de los típicos hoyitos en las manos de bebé regordete. Les puedes contar las costillas y los huesitos de lo flaquitos que son.

Ha sido la experiencia más difícil que he vivido en mi vida, y ni siquiera se puede comparar con tantas historias que conocimos ahí. Si, mi niño nació prematuro, si estuvimos 32 días en el hospital antes de poder llevarlo a casa. Pero nunca tuvimos ninguna complicación, nunca fue necesario operarlo de nada, solo fueron 32 días esperando a que el bebé ganara peso y aprendiera a comer por si solo, y a que pudiera regular su temperatura por si mismo.

Para nosotros cada día iniciaba con la llamada del neonatólogo informándonos de cuánto había subido o bajado de peso, y en esas circunstancias cada gramo ganado es pensar que estas más cerca de salir del hospital.

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Para mi uno de los días más difíciles fue el día en que a mi me dieron de alta y tuve que salir del hospital sin mi bebé. Hacerme a la idea de que él se tendría que quedar, quién sabe cuánto tiempo más, mientras yo tenía que irme del hospital. Y empezaba la odisea de ir y venir diario del hospital dos veces, tratando de descansar y tratando de sacarme la leche cuando no estaba con él, pensando en cada segundo cómo estaría, si estaría respirando bien, si estaría recibiendo bien la leche.

Y empezaban los sentimientos de culpa. ¿Qué hice mal? ¿Por qué nació prematuro? ¿Qué tuve que hacer diferente? Atormentándome todo el tiempo y sufriendo por lo que él tenía que luchar desde una incubadora en lugar de haber podido crecer y aprender todo en su tiempo en la panza.

Muchas veces las llamadas de amigos y familiares te ayudan y te dan un poco de fuerza, pero también hay que lidiar con uno que otro comentario como “aprovecha ahora que está en el hospital para descansar”, como si pudieras descansar sabiendo que tu bebé está en una incubadora en lugar de junto a ti como debería estar, o “que bueno que no tuviste que pasar por los últimos meses del embarazo, son los más difíciles” preferiría haber “sufrido” las incomodidades de los últimos meses del embarazo al dolor y ansiedad de 32 días en el hospital.

Pero dentro de todo el dolor, la incertidumbre y la ansiedad la verdad es que también hay cosas buenas que se pueden rescatar de esta experiencia. No eres el único que vive esa experiencia, estas con otros papás que están pasando por lo mismo que tu (y por cosas peores). Te alegras con los logros de los otros bebés, te preocupas cuando algún bebé está pasando por una situación grave, te da muchísima alegría al saber que ya van a dar de alta a un bebé. Y lo mejor de todo, te quedan amistades para toda la vida.

Viviendo esta experiencia puedes valorar como nadie cosas como la primera vez que puedes cargar a tu bebé, vestirlo, bañarlo, amamantarlo y hasta cambiarle el pañal.

Cuando tienes un bebé de término te lo llevan al cuarto ya vestido, lo puedes cargar inmediatamente, lo puedes amamantar desde el primer día, y tal vez no te detienes a pensar en lo afortunada que eres de vivir cada una de esas cosas de manera tan sencilla.

Con un bebé prematuro te toca vivir semanas y semanas en que lo único que puedes hacer es tocarlo a través de la ventana de la incubadora, en que lo único que tu bebé usa es un pañal de recién nacido que le quedaba enorme, que sólo puede comer por sonda porque es muy débil para succionar por si solo. Y de repente, un día te dicen que ya puede regular su temperatura, que ya lo van a sacar de incubadora y por fin lo vas a poder cargar, por fin va a estrenar su ropa de recién nacido (que también le queda gigante), y otro día ya por fin tiene la fuerza para succionar y por fin te lo vas a poder pegar. Hasta el día en que te dejan bañarlo y cambiarle el pañal por primera vez es un motivo para celebrar.

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32 días después pudimos llevarnos a nuestro bebé a casa, pesando 2 kilos y 5 gramos (un bebé enorme para nosotros), con cuidados y medicinas que un bebé de término no tiene que tener, pero con la enorme felicidad de por fin haber salido del hospital.

La prematurez no termina el día que sales del hospital, son bebés a los que les cuesta más trabajo gatear, caminar, hablar, y se dice que hasta los dos años recuperan ya su desarrollo normal. Muchos de ellos tienen secuelas que les duran toda la vida, complicaciones de desarrollo o de salud que los acompañaran toda su vida.

Nosotros tuvimos la suerte de terminar la odisea al salir del hospital y no tener ya ninguna secuela de la prematurez, más que el recuerdo y aprendizaje que nos dejó. Si, tal vez te vuelves sobreprotector al principio, y tienes mucho miedo de cualquier gripita que le da, no quieres ni que le dé el viento a tu bebé, pero en realidad no tenemos ya nada de qué quejarnos y si mucho que agradecer y valorar en la vida de nuestro niño.

Viaje a Orlando – Tercera Parte: Los parques

En esta parte les contaré de los parques que visitamos dentro de Disney World y algunos consejos que puedo darles para disfrutarlos más; y de otros parques de Orlando que visitamos

Parques de Disney:

Magic Kingdom: ¿Qué más se puede decir sobre Magic Kingdom que no se haya dicho antes? Podríamos decir que es la “Joya de la corona” en cuanto a parques de Disney se refiere. Y es que por cursi que suene está lleno de personajes y magia que por muy chiquitos que estén los niños no les pasa desapercibida. A mi me gustó mucho para llevar al chaparro porque hay muchísimas atracciones a las que los más chiquitos se pueden subir sin restricciones de estatura o edad. Además, a cada rato hay desfiles en las calles lo que también les llama mucho la atención. Si volviera a hacer este viaje visitaría dos veces este parque.

Magic Kingdom

Animal Kingdom: Como su nombre lo indica es un lugar dedicado a los animales. Aquí pueden ver animales ya sea en un Safari, en la estación de conservación, o en el “Affection Section”. También hay juegos a los que subirse, pero para niños pequeños son más limitados. Como todos los parques de Disney hay personajes paseando por todo el parque, pero no son tan vistosos como los que encontrarán en otros parques. Si su tiempo en Orlando es limitado y no son amantes de los animales mi consejo sería que no visiten este parque, o que incluso, sí si tienen tiempo le dediquen dos días a Magic Kingdom en lugar de ir a este parque. Si son amantes de los animales este lugar les va a encantar, no se lo pierdan.

Animal Kingdom

Disney Hollywood Studios: Un parque dedicado a temas de películas, con atracciones y shows enfocados a películas como Indiana Jones, Toy Story, Star Wars, Frozen, Los Muppets, y shows donde pueden conocer cómo hacen los efectos especiales y los trucos que se usan en las persecuciones de coches, por ejemplo. Es vistoso para los más pequeños, aunque hay muchas cosas que les pueden dar miedo por las explosiones, ruidos, obscuridad, etc, y muchas atracciones a las que no podrán entrar por estatura. En este parque los pequeños pueden conocer a los personajes de Disney Junior como Handy Manny, Jake and the Pirates of Neverland, Doctora Juguetes, y Princesa Sofía, que no verán en otros parques.

Hollywood Studios

Epcot Center: Este parque es el más “adulto” de todos los parques de Disney. Es un muy buen lugar para descansar un poco del ajetreo de los demás parques. Además, al no estar tan enfocado en niños hay mucho menos personas que en los demás parques. De cualquier forma igual hay atracciones para niños y personajes de Disney para tomarse fotos. Aquí pueden disfrutar de un paseo por los pabellones de países como Inglaterra, Francia, Japón, China, Alemania, México, entre otros. Si hiciera este viaje de nuevo visitaría Epcot a la mitad del viaje para darle a los adultos un “respiro”, un día más tranquilo.

Epcot

Recomendaciones generales:

  • Todos los parques de Disney tienen diferentes restaurantes donde pueden ver a los personajes mientras comen. Es una gran opción porque los personajes se acercan a cada mesa para tomarse fotos y dar autógrafos a los niños, y te puedes evitar las filas para los fotos en otros lugares. Lo que si es muy importante es que hagan reservaciones en esto lugares porque son los que se llenan primero.
  • A los niños más grandes les gusta pedir “autógrafos” a los personajes. No se olviden de llevar un plumón para esto porque se ve mucho más padre el “autógrafo” con plumón que con pluma.
  • Es súper recomendable comprar el Memory Maker. Esto es un paquete para que fotógrafos profesionales les tomen fotos en todos los parques de Disney. Lo único que tienen que hacer para aprovecharlo es pedir una foto a los fotógrafos cada vez que vean uno y ya que les tomaron la foto el fotógrafo escaneará su Magic Band (en caso de que no tengan Magic Band les pueden dar una tarjeta). El paquete cuesta lo mismo así les tomen una o mil fotos. Las fotos están disponibles en una página de internet desde la que pueden descargar todas sus fotos y agregar imágenes de personajes, marcos de los parques y hasta los “autógrafos” de algunos personajes.
  • Los parques de Disney tienen la opción de sacar “Fast Pass” en las atracciones y filas para conocer a los personajes más populares. Esto es un pase rápido para los lugares que tienen filas larguísimas. Igual tendrán que hacer fila, pero son filas mucho más rápidas. Estos pases los pueden sacar por internet antes de llegar a los parques. Inicialmente se pueden sacar hasta tres pases, pero una vez que se acaban los pases pueden pasar a los kioscos y sacar más pases.
  • Disney World tiene una aplicación muy buena para iPhone y Android donde pueden monitorear en tiempo real el tiempo de espera de filas en las diferentes atracciones, administrar sus Fast Passes, hacer reservaciones para restaurantes, ver los mapas, entre otras cosas. Es gratis y en los parques cuentan con WiFi, aunque no en todas las zonas es buena la señal.

Otros parques que visitamos en Orlando:

Legoland: Un parque muy recomendable para niños pequeños. Está como a una hora de Disney World, pero vale la pena porque es un parque que si pueden disfrutar los más chiquitos. No es un parque grande, por lo que también es muy recomendable después de un día pesado en los parques de Disney. En este parque pueden encontrar juegos dedicados a los juguetes de Lego como Duplo para los más chiquitos, Chima para más grandes, maquetas de ciudades de Estados Unidos hechas con legos, películas en 4D, espectáculos, entre otras cosas. Legoland también tiene un parque acuático anexo.

Universal Studios y Universal’s Island of Adventures: Considero que visitar estos parques con un chiquito de dos años si fue un error. Hay muy poco que hacer con los chiquitos, casi todos los juegos son para niños más grandes y fuera de Barney no había muchos personajes que le llamaran la atención a mi niño. Mi niño ama los trenes y sólo para subirnos al tren de Harry Potter tuvimos que comprar el pase para los dos parques. Hicimos una fila larguísima (y eso fue en temporada baja) para subir al tren cuyo trayecto duró alrededor de 5 minutos. Mi recomendación es que no vayan a estos parques a menos de que tengan niños de al menos 7 años de edad.