En la primera parte de esta serie les platicaba sobre todos los preparativos para el viaje a Disney World, en Orlando. Desde el pasaporte, visa, hasta el hotel. Aquí les voy a platicar cómo preparamos al chaparrito para que disfrutara del viaje lo más posible, antes y durante el viaje.
Preparando al chaparrito para disfrutar de su visita
Empezamos a pensar en estas vacaciones aproximadamente un año antes de ir, así que tuvimos mucho tiempo para ir preparando al chiquito. Eso consistió básicamente en que fuera conociendo a los personajes de Disney para que cuando los viera los pudiera reconocer y significarán algo para él.
No soy muy fan de poner a mi niño a ver la tele así que traté de mantener al mínimo las películas, y lo que más usamos fueron juguetitos, figuras y libros. Así le fuimos “presentando” personajes como Mickey, Minnie, Goofy, los personajes de Cars, Toy Story, Monsters Inc., etc.
Es algo que valió muchísimo la pena ya que de los momentos más inolvidables que tenemos fue cuando conoció a Mickey (su favorito) y no podía quitarle los ojos de encima. No podía creer que lo estaba viendo y fue un poco difícil tomarle la foto con él porque en lugar de voltear a la cámara sólo quería ver a Mickey.

También se emocionó mucho cuando vio a Sulley y Mike de Monsters, Inc, a Buzz y Woody de Toy Story, o a Winnie the Pooh. Y aunque no los conocía le llamaban mucho la atención personajes como las princesas, Dug y Russell de Up, Louie y Baloo del Libro de la Selva, entre otros.
Viajando al ritmo del pequeño
Normalmente cuando viajábamos antes de tener bebés éramos del tipo de poner despertador, planear día por día qué lugares íbamos a visitar e ir corriendo de un lugar a otro para tratar de abarcar lo más posible en un solo día. Esto ha cambiado radicalmente desde que viajamos con un chiquito, y principalmente este viaje no podía ser la excepción.
Yo creo que de lo que más ayudó a mi niño a disfrutar este viaje es que lo hicimos completamente a su ritmo. Jamás hubo despertadores, ni corrimos para llegar de un lugar a otro, ni le insistimos en mantenerse despierto para ver un show.
Pero creo que para lograr esto es importante que como papá sepas desde antes de llegar a los parques, que ir al ritmo de los pequeños significa que en un día tal vez sólo te subas a 4 atracciones, o que tal vez te tengas que salir del show porque le dio miedo al niño.
Se trata de respetar sus gustos y sus miedos, de respetar si esta cansado y necesita dormir y de tratar de pensar qué atracciones son las que más le pueden gustar. Ciertamente las atracciones para los más chiquitos no siempre son las más entretenidas para los grandes, o la que pensabas que le iba a encantar le da miedo, pero para nosotros este viaje era para el niño, así que así fue como lo hicimos.
Las atracciones para los chiquitos
Algo de lo que me encantó en los parques de Disney es que a un gran número de atracciones se pueden subir los pequeñitos (algo que no aplica a parques como Universal, ya después les contaré de esto).
Lo que si hay que tomar en cuenta es que, aunque por estatura no tengan problema para entrar a las atracciones o shows si puede darles miedo por temas de obscuridad o personajes que los sorprendan.
La carriola
Viajar con carriola tiene sus ventajas y desventajas. Aquí les cuento mi experiencia:
Aunque te dejen subir antes al avión cuando llevas niños pequeños, y te puedas bajar antes que otros pasajeros, de todas formas tendrás que esperar a que te entreguen la carriola a la puerta del avión. El problema está en que entre más te tardes en salir del avión, más te tardas en llegar a la fila de migración, y más te tardarás en lograr salir del aeropuerto.
Nosotros pudimos bajar muy rápido del avión, pero al estar esperando la carriola terminamos siendo los últimos en la fila de migración, misma que nos tomó dos horas.
Otra desventaja es que para subirte a algunos transportes que te llevan del hotel al parque hay que doblar la carriola. Es un poco complicado porque en un minuto tienes que quitar todas las cosas que cuelgan de la carriola, bajar al niño y tratar de acomodarte con todo lo que traes cargando.
Pero a pesar de todas las desventajas e incomodidades la verdad es que para mi siempre es mucho más fácil viajar con un chiquito en la carriola. Lo puedes controlar más fácil cuando hay muchas personas en un lugar, no lo cansas tanto al hacerlo caminar por periodos largos, no te cansas tu ya que no lo tienes que cargar, tampoco tienes que estar cargando nada más porque puedes poner todas tus cosas en la carriola, y cuando el chiquito está cansado se puede quedar cómodamente dormido en su carriola.
Si el niño quiere bajarse a caminar hay muchísimos lugares donde puedes dejar tu carriola estacionada un rato (y a pesar de la desconfianza que te pueda dar, la verdad es que al menos en mi experiencia, nunca pasó nada con nuestras cosas).
Otra opción es rentar la carriola al llegar a los parques, pero a mi no me parecía una carriola muy cómoda ni para el niño ni para los papás. No son de las que se puedan reclinar si el chiquito se quiere dormir y el espacio para colgar cosas es muy reducido. Además de que tienes un horario para regresarla y si viajas en temporada alta no te aseguran que haya disponibilidad.
Bueno, pues eso es todo por ahora. En la siguiente parte les platicaré sobre los parques que visitamos en Orlando, y si eran adecuados para el chiquitín o no.
También te puede interesar: Viajando a Orlando – Primera Parte y Viajando con un chiquito en el avión
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...