
He leído mucho sobre mujeres que dicen que jamás te puedes sentir lista para tener hijos, que nunca va a ser un buen momento, pero yo si me sentía lista, sabía que había llegado el tiempo, y quería ser la mejor mamá del mundo.
Leía libros, revistas, blogs, escuchaba opiniones de todo, tomamos el curso psicoprofiláctico, veíamos videos, etc. Y creía que ya estaba preparada.
Siempre había pensado que tener un bebé tendría sus complicaciones para la vida diaria, pero que con un poco de organización no podría ser tan grave. ¡Qué equivocada estaba!
Mientras estás embarazada de tu primer bebé idealizas mucho tu mundo ya que llegue el bebé. Sabes que habrá cambios, sabes que tendrás que aprender muchas cosas, pero no tienes ni idea de lo que se te viene encima y de lo que serás capaz de hacer y de aguantar.
Cuando estas embarazada te dicen miles de veces “aprovecha ahora para descansar, porque cuando llegue el bebé ya verás lo que es bueno”, pero nadie te puede preparar para el cansancio que vas a sentir en la vida real.
Es un cansancio físico, emocional, mental. Las hormonas ciertamente no ayudan en nada, y eso que ni siquiera pasé por una depresión post-parto, ni nada por el estilo.
Y no se trata solo del cansancio. ES VIVIR EN UNA DUDA TODO EL DÍA ¿lo estaré haciendo bien?, ¿y ahora por qué llora?, ¿será bueno despertarlo para hacerle un masaje o mejor lo dejo dormir?, ¿estará aburrido de estar ahí sentado?, ¿se habrá quedado con hambre?….
Me sentía cansada todo el día a pesar de la ayuda que tenía, y yo no quería pensar en que el ser mamá es algo sacrificado (me parecía una idea de la época de mis abuelitas), pero terminé entendiendo el sentido de esa frase. Sacrificas tu tiempo, tu bienestar, tu descanso, tus horarios de comida, y prácticamente toda tu vida como la conocías antes, por darle tiempo a alguien más, por cuidar el bienestar, descanso, horarios de comida y vida de alguien más.
Me sentía la peor mamá del mundo cuando no le cambiaba el pañal a tiempo, cuando lloraba y yo no podía entender porque (cuando hay mamás que del puro llanto entienden si llora porque tiene frío, hambre o sueño), cuando no lo podía dormir, y prácticamente todo el día y en cualquier momento me sentía la mamá más incompetente del mundo.
¿Y saben qué? Facebook, internet, las redes sociales, los libros… no ayudan mucho en esos momentos de desesperación. ¿Cuántas veces han visto que sus amigas que ya tienen bebés suban a su Facebook una foto de sus bebés llorando incosolablemente, con ellas hechas una facha, confesando lo ineptas que se sienten como mamás, aceptando que no tienen la menor idea de lo que están haciendo? Yo al menos puedo decirles que nunca he visto algo así, y debo confesar que me sumo a las mamás que solo suben las fotos divertidas con el bebé, en las que sale divinamente vestido y limpio, sonriendo, jugando, como si así fuera en la vida real todo el tiempo.
Si, es inevitable el llanto de la mamá de vez en cuando (por frustración, cansancio, las hormonas, hartedad, monotonía…. a veces ni sabes porque lloras pero tienes ganas de llorar). Si, es un mundo de enorme responsabilidad. Si, es un mundo de sacrificios.
Y el mejor consejo que todo mundo te da es: “cuando el bebé duerme, tu duermes”, ¡¡¡COMO SI FUERA POSIBLE!!!! Y entonces a qué hora hago algo para mi, a qué hora desayuno, a qué hora termino mis pendientes, y si no tienes ayuda en casa, a qué hora arreglas la casa.
Hoy, a casi dos años de que llegara nuestro bebé puedo decir que no me arrepiento de nada, pero no olvido ese primer año, y confieso que tengo recuerdos agridulces de esa etapa.
No sé si sirva de algo, pero a las que todavía están pasando por esta etapa tan difícil solo les puedo decir: ¡Aguanten!, ese primer año es muy difícil, pero va a pasar. No son las primeras que pasan por esto, no serán las últimas, y no están solas, las que ya hemos pasado por ahí las entendemos (aunque no lo confesemos también nos sentimos desesperadas, las peores mamás del mundo, las más ineptas).
Habrá días que se sientan desesperadas, hartas, completamente incompetentes, como las peores mamás del mundo, pero no pasa nada. No pasa nada si un día no se pueden ni bañar ni cambiar de ropa, no pasa nada si un día se sienten las más fachosas del mundo, no pasa nada si un día no lavan los platos, no pasa nada si un día no bañan al bebé, no pasa nada si un día pusieron mal el pañal y el bebé está embarrado hasta la espalda, y no pasa nada si un día desean con toda su alma salir corriendo, es normal…
El tiempo se pasa muy rápido y este primer año tiene muchos momentos que disfrutar. No les tengo que contar de todos los momentos felices que vivirán ese primer año, que compensan todo lo demás: cuando tu bebé te agarra la mano por primera vez, cuando te voltea a ver por primera vez, cuando te sonríe por primera vez, cuando lo llevas al pediatra y te dice que está creciendo muy bien, cuando empieza a jugar, cuando duerme su primera noche completa, cuando deja de llorar a la hora del baño…todo eso hace que se les olviden los muchos momentos difíciles que también vivirán en ese primer año.
El mejor consejo que puedo darles a las que están pasando por esta etapa es que traten de disfrutarlo (a pesar de todo lo que implica este primer año).
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