Una mamá egoísta

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Yo creo que ser un poco “egoísta” como mamá, te permite ser una mejor mamá. Cuando nació mi primer bebé me desvivía por estar a su disposición 24/7.

Comía en 10 minutos cualquier cosa que estuviera al alcance (no siempre lo más saludable), me bañaba en 5 minutos (o menos) para estar disponible en cuanto me necesitara. Mientras él dormía trataba de dormir (ya saben el típico “cuando el bebé duerme tu duermes” que no siempre puedes lograr), y cuando no podía dormir me la pasaba leyendo y buscando cosas en internet que me ayudaran a ser una “mejor” mamá.

Ni pensar en tomar un descanso, en pedirle ayuda a nadie para que me cuidara al bebé en lo que yo dormía o me daba una escapada al salón. Todo eso me hacía sentir como una mala madre.

Ahora en retrospectiva y a poco tiempo de que nazca mi segundo bebé me he dado cuenta de algo: ser “egoísta” como mamá no me hace una mala madre, de hecho yo creo que me hace mejor mamá.

Y no me refiero a dejar al niño encargado con una nana todo el día, me refiero a darme ese “break” de la maternidad un rato cada semana, ese “break” que me hace regresar a casa y a mi niño con ánimos renovados, con más ganas que nunca de echarme al suelo a jugar con él a los carritos, a los trenes o a lo que sea que se le ocurra. Me da la oportunidad de ser más paciente con él cada vez que tiene un accidente porque se le olvidó avisarme que quería ir al baño (otra vez), o cada vez que me pide que le cuente el mismo cuento por cuarta vez en el día (que ya me estoy aprendiendo de memoria).

Ser esa “mamá egoísta” me ha permitido no olvidarme de mi misma, de tener metas de crecimiento personal otra vez, a pesar de ser una mamá de tiempo completo. Me permite seguir descubriendo quién quiero ser yo, más allá de ser “la mamá de…”, “la esposa de…”.

En realidad, yo creo que dejar esa culpabilidad y permitirme no ser esa madre abnegada y que sólo piensa en el niño, me hace una mujer más feliz, y por ende, una mejor mamá.

Lo que no tenías que saber antes de ser mamá

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Estoy esperando a mi segundo bebé, y reflexionando un poco en como cambió mi vida desde que llegó mi primer bebé estuve pensando en todas aquellas cosas que no sabía antes de ser mamá.

Si, están las cosas obvias como: cómo cambiar un pañal, cómo esterilizar una mamila o cómo dormir a un bebé, pero me refiero a lo que no te imaginabas que tenías que saber.

Años y años yendo a las mismas plazas y hasta que no tuve un bebé no supe dónde estaban las rampas ni los elevadores, y ¿qué creen? no siempre están en lugares muy accesibles, no siempre son muy grandes, y casi siempre están repletos de gente que no necesita un elevador realmente.

Lo peor son las plazas que sólo tienen rampas eléctricas y creen que eso es suficiente para subir una carriola. La subida no es tanto problema, pero cuando se trata de bajar con una carriola que tiene un bebé, más todas las bolsas de las compras, más la pañalera, más todo lo que le puedas colgar, se vuelve una hazaña.

Y hablando de hazañas con la carriola, hasta que no eres mamá no sabes lo realmente angostos que pueden ser los pasillos en los centros comerciales, e irónicamente, principalmente en la zona donde venden las cosas de bebés. Y eso que yo llevo una carriola sencilla, de un solo bebé, no sé cómo se pueden mover quienes manejan carriolas de más de un bebé.

¿Y qué tal los baños? Como adulto de vez en cuando necesitas ir al baño en una plaza o en alguna tienda. Pero si vas con un bebé SIEMPRE tienes que saber dónde está el baño que tiene cambiador, porque esa es otra, no todos los baños tienen cambiador. Y mucho peor cuando se trata de ir con un niño que está dejando el pañal.

La frase “Tiene 10 minutos para salir” después de pagar el boleto del estacionamiento no suponía nada en particular antes de tener bebés. Pero ya que tienes bebés 10 minutos son una carrera contra el tiempo: encuentra tu coche, encuentra las llaves, baja al bebé, acomódalo correctamente en la sillita, dobla la carriola, acomódala en la cajuela junto con todas las compras, encuentra de nuevo las llaves del coche, encuentra el boleto del estacionamiento, sal del estacionamiento y todo en 10 minutos.

Y hasta que no te conviertes en mamá no te das cuenta de tooooodos los enchufes que hay en casa. Te vuelves una experta en detectar posibles zonas peligrosas en cada lugar al que vas, y encuentras todos los enchufes que no están cubiertos (increíble pero hasta en el Gymboree los he encontrado).

 

¿A ustedes no les pasó? ¿Qué más han descubierto en esta etapa de la maternidad?

 

 

Tip para cambiarle el pañal a un niño

Cuando le estas cambiando el pañal a un niño corres el riesgo de tener un «accidente» con un alcance mayor que cuando se trata de una niña. Para estos casos venden unos «cucuruchos» de tela que se llaman «Peepee teepee» (hasta el nombre suena un poco ridículo), para ponerles sobre el pene y que no te «bañen» mientras los cambias.

Yo los probé y la verdad creo que lo más práctico es usar una toallita húmeda sobre el pene. Es más fácil así, si mojan la toallita no hay tanto problema, si mojan el «cucurucho» lo tienes que lavar, pero tampoco lo puedes echar al bote de la ropa sucia porque queda empapado y te mojaría todo lo demás. Además, las toallitas son más largas, así que no es tan fácil que se les caiga, y se pueden usar al final para una última limpiada.

Si de todas formas quieres comprar estos cucuruchos, la última vez los vi en el Palacio de Hierro.

Peepee teepee

Peepee teepee

La hora de la verdad: el cambio de pañal

Por mucho que te expliquen cómo hacerlo y por fácil que se vea, la primera vez que lo haces sientes que no sabes nada al respecto. De cualquier forma aquí les trataré de explicar lo mejor posible mis recomendaciones a la hora del cambio de pañal.

Antes de subir al bebé al cambiador es importante saber que todo está listo: pañales, toallas o algodones húmedos, cremas para rozaduras, talco o maicena, algún cambio de ropa si crees que lo vas a necesitar, y si el bebé ya es más grande, algún juguetito para entretenerlo. Por nada del mundo dejes al bebé solo en el cambiador, tenga la edad que tenga. Si ya está el bebé medio desvestido y no tienes toallas, bajado al piso si es necesario, pero nunca lo dejes solo en el cambiador.

Ya que tienes todo listo y el bebé está en el cambiador, abre muy bien el pañal nuevo y acomoda al bebé encima de éste, antes de quitar el pañal sucio. Así, si el bebé se hace pipí durante el cambio de pañal, moja el pañal limpio y no el cambiador.

Tienes que abrir muy bien todos los olanes y resortitos que tiene el pañal para que se ajuste muy bien a las piernas del bebé (y no te lleves sorpresas de fugas después).

Si el pañal es de popo, puedes ir enrollando poco a poco el pañal sucio mientras vas limpiando. Conforme vas enrollando el pañal las pompas del bebé van a ir quedándote más arriba, con lo que es más fácil limpiarlo bien.

Antes de cerra el pañal limpio aseguran que el bebé está perfectamente limpio. Ponle crema para rozaduras si lo necesita, talco o maicena, y cierra el pañal. Para cerrarlo trata de que las pesatañitas de cada lado queden horizontalmente.

Nunca uses un pañal que no sea el de la etapa de tu bebé. Si es demasiado grande puede tener «filtraciones» por todos lados por no ajustarse bien, y si es demasiado chico puede no cerrar bien o no tener la absorción que necesita para su etapa. En cualquier caso, si no usas la etapa que le corresponde lo puedes lamentar, especialmente si el accidente lo tienes con popo y no con pipí.

Trata de cambiar el pañal tan pronto como te des cuenta que está mojado, especialmente si es con popo. Dejar mucho tiempo a un bebé con el pañal sucio puede ocasionarle rozaduras.

Y la pregunta que toda mamá primeriza nos hemos hecho «¿Pero cómo sé que ya se hizo?» Y es especialmente complicado cuando son muy bebitos porque sus pañales casi no huelen (conforme vaya creciendo tu bebé sabrás a lo que me refiero). Hay quienes dicen que por tipo de llanto del bebé, la verdad es que yo nunca supe diferenciar esto y solo me quedaba tratar de checar el pañal después de las tomas de leche (o papillas cuando ya era más grande).

 

Los errores más comunes de los papás primerizos

El otro día me encontré en BuzzFeed una nota muy divertida (y muy cierta) sobre los errores más comunes que comentemos los papás primerizos, y aunque no me ha tocado todavía pasar por todos ellos aquí les comparto algunos sobre los que si tengo algo de experiencia.

1. Comprar demasiados pañales de etapa «Recién nacido» 

A veces una se emociona porque hay alguna promoción o descuento y no le calculamos muy bien cuánto tiempo más usaran una etapa de pañales.  La buena noticia que yo tuve es que al comprar los pañales por caja en Costco, si la caja está cerrada se pueden devolver.

2. Usar los pañales chicos de todas formas

Si ya no se pudieron cambiar esos pañales que ya no les quedan, mejor regálenlos.  Si el pañal es muy chico no va a tener la absorción que el bebé necesita en la nueva etapa, y si le queda muy grande no se ajusta bien, y créanme, no les van a gustar los accidentes que pueden tener con un pañal más grande.

3. Lastimar el dedito de tu bebé cuando le estás cortando las uñas

Afortunadamente no me ha tocado vivir esto nunca (espero que no me pase), pero un gran consejo que recibí de una enfermera es que con la punta de tu pulgar jalas un poquito la piel del dedito hacia atrás. De esta forma la uña queda más expuesta y fácil de cortar sin llevarte un pedazo de piel en el intento.

4. Dejar que tu bebé juegue con tu teléfono si antes ponerle el «Acceso guiado»

Esta es típica, dejas que tu bebé juegue un ratito con tu iPhone o tu iPad porque le bajaste una aplicación especial para bebés, y cuando menos te das cuenta ya está mandando un mail, publicando algo en tu cuenta de Facebook o borrando tus fotos. En el iPhone y iPad existe una funcionalidad que se llama «Acceso guiado» que hace que al dar tres veces click sobre el botón de inicio el aparato queda bloqueado y sólo se puede usar esa aplicación. Lo pueden activar en Ajustes > General > Accesibilidad > Acceso guiado.

También tengan cuidado si les dan el celular bloqueado. Resulta que el iPhone y iPad tiene una opción  de configuración donde si  alguien intenta meter una clave incorrecta diez veces el contenido se borrará automáticamente. ¡A mi marido ya le tocó vivir esta! Si su teléfono tiene esta modalidad lo pueden desactivar en Ajustes > Código > Borrar Datos.

5. Mover demasiado fuerte a tu bebé para asegurarte de que sigue respirando

Si, es algo inevitable, como papá primerizo quieres ir a asegurarte que tu bebé está respirando cada minuto que está dormido. En lugar de despertarlo puedes poner un dedo justo debajo de su nariz para sentir la respiración.

6. Dejar solo al bebé en la cama … aunque sea sólo un minuto

Ni modo, si necesitas dejarlo en algún lugar y no tienes un corralito o su cuna cerca lo mejor es dejarlo en el piso. Suena muy feo, pero es preferible dejarlo un minuto en el piso a que se pueda caer de la cama o el cambiador. Nunca, por ningún motivo dejen a su bebé en un lugar en el que se pueda caer.

7. Olvidar meter un cambio de ropa en la pañalera

Y típico, el día que la necesitas es el día que se te olvidó. Yo lo que hago es que siempre tengo un cambio de ropa en la pañalera y  otro en el coche, y no los muevo de ahí. El día que uso esos cambios, saco la ropa sucia de la pañalera e inmediatamente pongo un nuevo cambio que se queda ahí hasta el día que lo necesito. Si van muy seguido a algún lugar, por ejemplo la casa de los abuelos, pueden tener ahí otro cambio de ropa.

8. Jugar con tu bebé a subir y bajar cuando acaba de comer

Sobre todo si el bebé tiene reflujo. Esta si me pasó. Acabas de darle de comer al bebé y quieres jugar con él, lo cargas y lo subes y bajas en tus brazos, mientras vas diciendo «aaaaahhhhh», y en una de esas, una extraña combinación de papilla y leche aterriza, nada más ni nada menos que … ¡en tu boca abierta! Es mejor dejarlos tranquilitos un rato después de que comieron.

9. Olvidarte de ponerle una toallita encima al niño mientras lo cambias

A veces puedes lograr el cambio de pañal sin que se hagan pipí mientras lo haces, pero muchas otras veces justo cuando les abres el pañal hacen pipí. Para que la pipí no llegue a tu ropa (o a tu cara)  puedes poner una toallita húmeda en el pene mientras haces el cambio de pañal.

Venden también unos «cucuruchos» de tela en algunos lugares para esto. Yo la verdad los probé y prefiero mil veces más la toallita. Estos «cucuruchos» son de tela y son muy pequeños, así que muchas veces se pueden salir de su lugar, además de que si hay algún «accidente» los tienes que lavar. Las toallitas húmedas me parecen mejor idea porque son más pesadas y no se salen de su lugar tan fácil, además de que al terminar ya sólo la tienes que tirar.

10. Dejar una bebida sin tapa al alcance de tus niños

Si, la vida cambia totalmente al tener un bebé, y una más de las cosas a la que tienes que ponerle atención que antes no tenías que cuidar es dónde dejas tus vasos y tazas. Particularmente cierto cuando se trata de una bebida caliente. Es impresionante el alcance que pueden tener los niños chiquitos, yo sugeriría dejar las bebidas en el centro de la mesa.

11. No pedir ayuda

Es importantísimo dejarte ayudar, sobre todo cuando el bebé es muy chiquito y a penas estas entendiendo cómo cuidarlo. Y principalmente cuando estas tan cansada que todo se te empieza a olvidar. Hay que dejar el orgullo o la pena a un lado, acepta cualquier ayuda que te ofrezcan.

12. Desvelarte sin una buena razón

Deja a un lado el Candy Crush, la serie de televisión o el libro que estas leyendo. Si bien eso de «cuando el bebé duerme, tu duermes» no siempre puede suceder, aprovecha cada minuto de sueño que puedas tener.Si no lo haces lo vas a lamentar a eso de las 2 a.m., 4 a.m., 6 a.m……

13. Comprar demasiada ropa de bebé

¿Alguna vez han notado que las tallas en ropa de bebés van de 0 a 3 meses, de 3 a 6 meses, de 6 a 9 meses, etc? Es por una razón: los bebés crecen demasiado rápido. Ya cuando llegan al año las tallas empiezan a ser: 12 a 18 meses, 18 a 24 años, 2 años, 3 años, etc. Después del año ya no crecen tan rápido como cuando eran bebitos. En conclusión: no compres demasiada ropa pequeña. Lo que puedes hacer es que si hay un modelito que te encantó lo que puedes hacer es comprar ese mismo en diferentes tallas.

14. Pegarle accidentalmente a tu bebé en la cabeza con el marco de la puerta mientras lo cargas

Sobre todo cuando empiezan a crecer y ya perdiste noción de que tu pequeño bebito ya no es tan chiquito.

15. Salir de casa sin la cantidad suficiente de pañales

Lo más fácil es siempre dejar unos cuantos pañales y una bolsa de toallitas húmedas en el coche, y en los lugares a los que vayan con más frecuencia, como las casas de los familiares. Y en último de los casos, siempre habrá una farmacia o súper cercano al que puedan ir corriendo.

¿Qué les parecen? ¿Qué otras cosas les pasaron?

Aquí pueden ver la lista completa de BuzFeed: http://www.buzzfeed.com/mikespohr/19-rookie-mistakes-parents-make

Y aquí pueden encontrar la «Guía gráfica para padres» completa: http://www.cibermitanios.com.ar/2008/02/guia-grafica-para-padres-primerizos.html